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La casa consistorial, uno de los principales símbolos de la identidad municipal altzatarra, ha sido cerrada al público y desprovista de toda función de servicio a la ciudadanía.

El silencio del Ayuntamiento en torno al destino de este edificio histórico y la desidia a la que nos tiene acostumbrados nos hacen temer que nuestra casa concejil comparta el destino de su vecina Barbotegi, la antigua casa del médico, también de propiedad municipal y cerrada a cal y canto desde hace muchos años.

Una nueva vuelta de tuerca en el deterioro del patrimonio histórico altzatarra de la mano del gobierno municipal; una vez más.

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